lunes, 7 de julio de 2008

Cerca

Algún día dejaré de abandonar sueños y sentiré mías las hojas recogidas en veredas de otoños anaranjados y soles tibios.

Algún día moriré abruptamente entre rojos intensos de labios suaves.


Algún día acudiré ciego al llamado de su eco.


Algún día redimiré mi ego frente a su mirada verde.


Algún día será presente y rodará la sal acumulada de tanto llanto.


Algún comprenderé la herida profunda e infinita de su ausencia.

2 comentarios:

-> dijo...

saludo desde el ruedo de la sal...

silente dijo...

Romina : que saludo tan poético!!!

Saludos y bienvenida