domingo, 25 de mayo de 2008

Como un final inquisidor, me devolvió todo lo que pudo, pero aquella canción que escribí bajo la luz del alma, cerró el círculo inmune al retorno. Sentí el rechinar agudo de una extraña libertad, ésa que duele y se instala en cada partícula encapsulándose bajo la piel. Imaginé entonces que nada más podría resonar en mi frecuencia y la relación materia-alma-deseo volvía a formar parte de una vieja ecuación irresuelta. El dique de contención lacrimógeno apunto de ceder, las coordenadas precisas, el tiempo quieto y absoluto, todo un limbus apunto del derrame...sin embargo, una leve sonrisa tersó mi cara cuando imaginé sus labios devolviéndome cada beso

martes, 6 de mayo de 2008

En marcha

Una vez más, vuelvo a caminar con las manos, para entender el mundo que complica lo simple y aterroriza la esperanza.