Mínimo
Como tantas otras veces, perdí la conciencia. Fue tan veloz que mis párpados no llegaron a cerrarse. La sorpresa invadió mis fronteras que yacían débiles por la batalla anterior y cada intento de resistencia parecía una simple brisa hacia la nada. Sucumbí, doblegó mi deseo de victoria devorando todo cuanto encontró a su paso y vi sus ojos, vidriosos, intensos, sedientos, provistos de la expresión mágica del tiempo, hundidos en los mios con la seguridad de mi estandarte entre sus manos y haciéndome sentir mínimo...invadido por la calma y feliz.
2 comentarios:
Vaya modo de narrarlo, eh?
Para silente, es bastante elocuente.
Abrazos cronopios, sin palabras accesorias...
Crono :gracias por detener tu mirada por aquí.
Más abrazos silenciosos. :=)
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